Como decía en el resumen del capìtulo anterior, el escape de la serpiente o para ser màs especìfica, la “boa constructor” le habìa acarreado el castigo màs largo de su vida a Harry, tanto que hasta las clases en la escuela habían terminado, cuando el castigo terminò también, a pesar de que Harry estaba feliz de que ya no irìa a la escuela, no lo estaba del todo porque sabìa que no se podía salvar de su primo Duddley y su banda de amigos tontos, según Harry, que tenìan como deporte favorito golpearlo y que a menudo llegaban de visita a casa de sus tìos, debido a ello, Harry siempre buscaba razones para estar lo màs fuera de casa, pero habìa otra razón por la que Harry estaba realmente contento y era porque en septiembre finalmente ya no irìa a la misma escuela a la que Duddley irìa, claro, para
Duddley
siempre era lo
mejor, èl sería enviado
a la antigua pero
prestigiosa escuela donde
habìa estudiado Vernon, mientras
que Harry sería enviado
a la escuela
secundaria de Stonewall, pero
a Harry no
le importaba eso, sino que lo
que verdaderamente le
importaba y alegraba era
que finalmente ya
no estaría tanto
tiempo cerca de
Duddley y sus amigos.-Tìa
Petunia incluso habìa ido a
Londres con Duddley para comprarle todo lo
necesario, y al llegar
a casa y
ver a su hijo
modelandoles el uniforme
con el que
irìa a su
nueva escuela, ella hasta llorò
de orgullo, mientras
que Harry al
verlo, morìa de
risa en sus
adentros.-Al dìa siguiente
al despertar y sentir
un horrible olor
en la cocina,
Harry fue a
ver a què
se debía eso, y
no era ni
màs ni menos, que su tia
Petunia, tiñendo el
uniforme que èl ocuparìa
en su nueva
escuela, esto solo pudo dar
a Harry una
perspectiva de que
las cosas en
su nueva escuela no
iban a mejorar
del todo y que sin
duda alguna luciría como
un vagabundo el
primer dia de
clase.

Harry asombrado
ante tal decisión
tan repentina de sus
tìos, lleno de
dudas sobre quièn habrá
sido
la persona que
le enviaba la
carta y arrepentido por no
haberla leído antes
de entrar a
la cocina, ese
dìa Harry durmió,
sin imaginarse que al siguiente dìa otra
carta le sería enviada,
pero esta vez
con la dirección del
cuarto
donde sus
tìos lo habían trasladado, Tìo Vernon y Tìa
Petunia estaban aùn
màs horrorizados, ante
el recibimiento de
esa carta, pero otra
vez no dejaron que
Harry leyera la carta,
aunque por las
caras de sus
tìos pudo notar que
algo estaban tratando
de ocultarle.-
